Por Luis Miguel Gómez H. Columnista invitado. Periodista y publicista.
¿Qué va a pasar después del 27 de abril? ¿Cómo será nuestra vida diaria? ¿Cuáles serán las nuevas rutinas individuales y sociales al terminar la cuarentena? Estas son las preguntas que hoy nos hacemos y sobre las cuales todavía no hay respuestas, pues no hemos terminado de entender la dinámica de una pandemia que está transformando a la humanidad.
Son todavía muy tenues las señales y muy fragmentados los datos que la investigación y la ciencia están entregando sobre el asunto, pero, por el momento, son los únicos criterios que tenemos para tomar decisiones.
En este sentido varias investigaciones de diferentes universidades alrededor del mundo indican que el distanciamiento social (que no es lo mismo que aislamiento) será necesario durante varios meses, incluso años, si queremos superar la pandemia.
Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado en la revista Science Review, advierte que se requerirá el distanciamiento social, por lo menos, hasta el año 2022. En el mismo sentido investigaciones de la Universidad de Edimburgo (Escocia) y John Hopkins (EEUU) indican que la epidemia requiere muchos meses para ser entendida y muchos más poder ser limitada o erradicada. A esto hay que sumar que una vacuna, en los cálculos más optimistas, no estará disponible antes de 18 meses.
La ciencia indica entonces que el distanciamiento social será necesario durante varios meses, lo cual está generando cambios en la agenda pública y social de todos los países. Grandes eventos, concentraciones, conciertos y espectáculos tendrán que ser cancelados o reprogramados.
En el caso de Colombia el presidente Duque ha advertido que durante mucho tiempo no habrá fútbol ni eventos masivos. Es pertinente entonces plantear la discusión sobre los cambios en la agenda en el plano local: ¿Qué pasará con los grandes eventos de Manizales y Caldas en lo que resta de 2020 y durante 2021?.
Si se atiende la recomendación que hacen las diferentes investigaciones, las cuales plantean dos años de distanciamiento social, es el momento, por ejemplo, para que la alcaldía de Manizales analice la conveniencia de realizar la Feria de Manizales 2021, evento para el que faltan un poco menos de 9 meses.
¿Debe Manizales recibir un flujo masivo de turistas con el Covid 19 aún circulando? ¿Es conveniente para el sistema de salud de la ciudad arriesgarse? La misma pregunta deben plantearse los organizadores de otros eventos como el Festival Internacional de Teatro, el Festival de la Imagen, el Carnaval de Riosucio y las fiestas de los diferentes municipios del departamento.
Muchos pensarán que es una preocupación prematura, basada en el miedo y el pesimismo.
Pero por el contrario este es el momento para revisar la agenda, para evaluar riesgos y para tomar decisiones que mitiguen el impacto que la cancelación o aplazamiento de estos eventos pueda tener sobre las personas que trabajan y subsisten alrededor de ellos. En el caso de la Feria de Manizales la decisión debe ser rápida pues es el evento más importante en la economía de la ciudad y deberán plantearse estrategias dirigidas a paliar el impacto para miles de comerciantes, hoteleros y empresarios que dependen en gran parte de los ingresos que perciben de ella.
No es una preocupación menor y no se puede hacer caso omiso del panorama que los investigadores y científicos plantean sobre una pandemia contra la que apenas llevamos pocas semanas enfrentándonos y que nos acompañará durante meses, o años.
Hago un llamado a las autoridades de Manizales y Caldas, al alcalde Marín, al gobernador Velásquez y a los alcaldes de los municipios para que analicen este tema utilizando toda la información científica disponible y atendiendo las recomendaciones de manera responsable. También es muy posible que desde el gobierno nacional se establezcan directrices al respecto, por lo cual hay que prepararse para una posible cancelación de estos eventos.