Por segundo año consecutivo Manizales ocupa el primer lugar en el Índice de Ciudades Universitarias (ICU) realizado por la red de Ciudades Cómo Vamos. Manizales obtuvo una puntuación general de 69,8 puntos en una escala de 0 a 100. El desempeño de Manizales es sobresaliente, al igual que otras ciudades líderes con buenas puntuaciones como Medellín (67,7) y Bucaramanga (63,3).
En un segundo orden se encuentran ciudades como Pereira, Bogotá, Cali, Santa Marta e Ibagué con puntuaciones en un rango entre 49 y 60. Sin embargo, dentro del grupo de referencia se encuentran otras ciudades capitales con grandes desafíos en temas de educación superior como es el caso de Cartagena, Armenia, Cúcuta y Quibdó, con calificaciones entre 30 y 44 puntos.
Manizales efectivamente se ha ido consolidando como una ciudad universitaria, pues no solo se garantiza una buena calidad en la educación superior como lo demuestran los indicadores en la materia.
Además, gracias a la articulación entre los diferentes actores del territorio como la academia y los sectores público y privado, se ha impulsado un escenario en el cual iniciativas como Manizales Campus Universitario adquieren mayor relevancia y pertinencia, permitiendo brindar condiciones propicias para el avance de un proceso formativo integral y para el desarrollo de un ambiente atractivo para estudiantes de pregrado y postgrado locales y foráneos. Los retos más grandes para la ciudad se encuentran en la dimensión Costo de vida, donde Manizales ocupa el octavo lugar con una puntuación de 48,12 y en la dimensión Empleabilidad, donde ocupa el cuarto lugar con una puntación de 64,75, situándose por detrás de Bogotá (84,67); Medellín (77,89) y Bucaramanga (67,98).
Sin embargo, es importante tener en consideración que algunas variables presentes en estas dimensiones como el desempleo juvenil, el salario de enganche y el costo de la alimentación, vivienda y transporte son difíciles de intervenir dado que están asociadas en gran medida a dinámicas exógenas normalmente relacionadas con el ciclo económico. Por lo tanto, las intervenciones pensadas deben diseñarse a largo plazo