Hace un año por estos meses estaba a punto de comenzar el Festival Internacional de Teatro de Manizales, uno de los símbolos culturales de esta capital y con mayor renombre en el mundo teatral contemporáneo.
Pocos imaginan las incontables horas de «lobby» que hay detrás de la configuración financiera del festival para llevarlo a cabo cada año y garantizar ante los espectadores la calidad de quienes figuran como participantes en escena.
Con cargo a la vigencia pasada 2019 el Instituto de Cultura y Turismo aprobó con certificado de disponibilidad presupuestal y contrato legalizado entre las partes la suma de 158 millones 400 mil pesos como auspicio a la versión pasada.
Prácticamente un año después ese dinero no ha entrada a las cuentas del Festival y ya van por la realización de la versión 2020.
De acuerdo con cifras conocidas por «Caldas Al Día» las deudas que dejó la administración anterior a instituciones culturales ascienden a los 981 millones de pesos, representadas en 18 cuentas por pagar entre las que figuran Manizales grita rock, Universidad de Caldas, museo de arte de Caldas, amigos del patrimonio, Batuta, entre otros.
¿Qué ha Ocurrido?
Para 3 representantes del sector cultural es poco entendible la lógica presupuestal bajo la que se mueve el ICTM (Instituto de Cultura de Manizales) a la hora de evolucionar en sus relaciones financieras.
«Nosotros cumplimos con todo lo contractual, hacemos los eventos o certámenes en las condiciones exigidas, cumplimos las solicitudes del ICTM, pero a la hora de pasar la factura vienen los problemas y las demoras de meses para pagar», relataron a este portal varios de los afectados.
Sin embargo cada nueva vigencia es lo mismo y pareciera que una solución de fondo difícilmente se ve en el corto plazo.
«El problema se hace más evidente cuando hay cambio de administración dado que le corresponde al nuevo gobierno «mirar» la forma de fondear nuevamente los recursos que ya se adeudan y encontrar una solución de pago que se ajuste obviamente a la legalidad propia de un complejo sistema que es el que impera en la figura jurídica del instituto de cultura».
«El Carrusel del Recurso».
Hector Fernando Ortíz fue hasta la vigencia anterior el gerente del instituto de cultura y turismo.
En diálogo con Caldas Al Día manifestó que «cuando él llegó al cargo en el 2016 recibió una herencia de Mil 200 millones en deudas por pagar. El instituto es una entidad que trabaja al debe. Siempre arrastra déficit. Yo lo recibí con un faltante de 2 mil 200 millones para solo funcionamiento».
«El ICTM no tiene con que funcionar. Las dos únicas fuentes de financiación son los proyectos vía convenio interadministrativo que se firman con algunas secretarías de despacho (de los cuales el 20% se puede destinar como rubro de administración) y la comercialización de la feria de Manizales, pero en ambos escenarios todo termina siendo un carrusel del recurso, y así ha funcionado desde hace 20 años esta entidad, se saca de un bolsillo para tapar las deudas del otro», subrayó el ex directivo.
Y mientras los actuales directivos expresan «voluntad» de encontrar salidas y el Alcalde Carlos Mario Marín sigue pendiente de revisar un nuevo modelo administrativo que oxigene de una vez por todas el ICTM, los gestores culturales aquellos que siempre «viven» de poner la ponchera para cada evento, ven como sus deudas siguen colgadas como mico y sin aparente esperanza de solución.
Otros como los organizadores de lo que se conoció como el festival de verano prefirieron acudir a las demandas para recuperar 225 millones que las adeudan.